Es común pensar que es fácil lograr un embarazo, pero en realidad no. Las posibilidades de lograr un embarazo en una pareja sana que tenga relaciones sexuales el día de la ovulación son del 20%. Es por eso que a veces resulta necesario recurrir a tratamientos de fertilidad en Cali para lograrlo.
Esta probabilidad es menor a medida que avanza la edad de la mujer sobre todo después de los 35 años. Una de cada 7 parejas puede presentar problemas para concebir pero la mayoría logran su objetivo cuando consultan a un especialista en infertilidad. Una intervención a tiempo le da a las parejas el mejor chance de lograr su embarazo. Los tratamientos de fertilidad en Cali son una buena alternativa para lograr el embarazo mediante un proceso de alta calidad que asegura el bienestar de los pacientes y resultados satisfactorios. Es por eso que para las personas que estén buscando tratamientos de fertilidad en Cali, la Unidad de Medicina Reproductiva del Centro Médico Imbanaco, donde manejo mis pacientes, es una muy buena alternativa dado los altos estándares de calidad en esta institución, una de las mejores clínicas de Latinoamérica.
Diagnóstico de Infertilidad

Si usted y su pareja han tenido relaciones sexuales sin ninguna protección durante más de un año y no han logrado el embarazo es probable que presenten infertilidad y se recomienda consultar al especialista en infertilidad en Cali. Si la mujer tiene más de 35 años se recomienda consultar después de 6 meses si se presenta la misma situación con el fin de evitar retardar algún tratamiento que sea necesario. Consultar a un especialista en infertilidad en Cali es una buena manera para encontrar soluciones y tratamientos médicos con resultados positivos. Otras indicaciones de consultar más temprano son la presencia de ciclos menstruales irregulares lo que indicaría trastornos de ovulación, antecedente de cirugías de ovario o útero (matriz) por miomas, antecedente o sospecha de endometriosis o si usted o su pareja tiene problemas conocidos de fertilidad. Si se planea buscar un embarazo y la mujer tiene más de 37 años se debe considerar una consulta inmediata con un especialista en infertilidad en Cali.


Exámenes para detectar causas de infertilidad

Pueden existir causas de infertilidad en el hombre hasta en un 40% de los casos, en la mujer solamente hasta en un 40% de los casos y en ambos miembros de la pareja en un 25% de los casos.
Es por eso que es necesario evaluar a ambos miembros de la pareja inicialmente mediante una historia clínica en donde se interrogará por antecedentes o síntomas y un exámen físico con el objetivo de detectar las 3 principales causas de infertilidad:
- Alteración en el número o funcionalidad de los espermatozoides
- Alteraciones de la ovulación
- Obstrucción o bloqueo de las trompas de falopio
Evaluando al hombre
Como el factor masculino puede estar involucrado como causa de infertilidad hasta en un 40 a 50% de los casos, es fundamental incluirlo dentro de la evaluación inicial de la pareja infértil. Conozca cuáles son los exámenes que se realizan en el varón en estos casos.
El análisis del semen hace parte de los exámenes básicos en la evaluación de la pareja infértil. El espermograma es el exámen que nos permite descartar o confirmar si el factor masculino está involucrado como causa de la infertilidad independientemente de si el varón haya tenido hijos previamente.
El espermograma se realiza analizando una muestra de semen en donde se revisarán características como el volumen, cantidad de espermatozoides, su movilidad, y su forma que son importantes para evaluar su capacidad para fertilizar el óvulo.
La muestra de semen se obtiene por masturbación luego de una abstinencia sexual mínimo de 2 días pero no más de 7 días. Es ideal tomar la muestra en el laboratorio ya que ciertas características de los espermatozoides pueden alterarse por los cambios de temperatura y tiempo que pueda transcurrir al tomar la muestra en un sitio distante. Existe un lugar privado y cómodo en nuestras instalaciones de la Unidad de Medicina Reproductiva para la toma de la muestra. Una de nuestras asistentes le proporcionará un recipiente estéril para que recoja la muestra el día del examen.
El resultado se entregará al día siguiente y su análisis determinará si es normal o anormal. En este último caso puede ser necesario tomar una nueva muestra dado que las características de los espermatozoides pueden variar y ser normales al repetir el examen unas semanas después. En caso de persistir alguna anormalidad en los resultados se procederá con exámenes adicionales para tratar de determinar la causa e intentar corregirla o se sugerirá algún tratamiento indicado para tales casos como son: Inseminación Intrauterina, Fertilización in vitro, o ICSI.
Las hormonas son sustancias que regulan el funcionamiento del aparato reproductor y la producción de espermatozoides. Un resultado anormal del espermograma puede ser resultado de una alteración hormonal por lo que la medición de hormonas en sangre puede ser necesario en la evaluación de la infertilidad masculina.
La ecografía es un examen que utiliza ondas de sonido para crear imágenes de partes internas del organismo que se visualizan en una pantalla. El aparato reproductor masculino puede evaluarse mediante ecografía para obtener información importante que nos permita diagnosticar la causa de la infertilidad masculina. Disminución en el tamaño de los testículos, presencia de varices (varicocele) y dilataciones en los conductos que comunican los testículos con la uretra son algunos de los hallazgos que pueden explicar alteraciones encontradas en el espermograma del hombre con infertilidad.
Evaluando a la mujer
La evaluación de la mujer está encaminada a responder las siguientes preguntas:
¿Es el útero (matriz) apto para la implantación del embrión y el desarrollo del embarazo?
¿Existe alguna obstrucción en las trompas que impida que el óvulo y espermatozoides se encuentren?
¿Los ovarios están desarrollando y expulsando un óvulo maduro cada mes?
¿Quedan suficientes óvulos en el ovario que faciliten la consecución de un embarazo?

Exámenes para evaluar a la mujer
La ecografía transvaginal permite tener una imagen muy cercana del útero y los ovarios. Es uno de las herramientas más versátiles no solo para el diagnóstico de patologías en estos órganos sino también para orientar y seguir muchos tratamientos para corregir la infertilidad.
La ecografía es un examen que utiliza ondas de sonido para crear imágenes de partes internas del organismo que se visualizan en una pantalla. Hace parte fundamental en la evaluación de la mujer con infertilidad y permite la visualización del útero (matriz) y los ovarios.
Hace parte de la evaluación inicial de la mujer con infertilidad y permite evaluar alteraciones como fibromas en el útero o quistes en los ovarios. Ayuda al médico a medir el grosor y aspecto del endometrio (capa interna del útero donde se implanta el embrión) durante la evaluación inicial o durante la preparación del útero de la receptora para la transferencia de embriones congelados u obtenidos de donación de óvulos. Se utiliza durante la fase de tratamiento para monitorizar el crecimiento de los folículos durante un ciclo menstrual natural o estimulado con el fin de decidir el momento más indicado para tener relaciones sexuales programadas, programar una inseminación intrauterina, o decidir el momento adecuado para recuperar los óvulos durante un procedimiento de Fertilización in Vitro. Se utiliza también para contar los folículos (estructura quística donde se encuentran los óvulos en el ovario) como método para evaluar la reserva ovárica (cantidad de óvulos que quedan en el ovario de la mujer).
La ecografía transvaginal requiere la vejiga vacía. usted será llevada al cuarto de examen y se le pedirá que se desvista de la cintura hacia abajo. Un transductor vaginal lubricado y cubierto será introducido por su vagina. El procedimiento no es doloroso. En ocasiones como método para evaluar mejor la cavidad uterina (sitio donde se desarrollará el embrión) se complementa el examen mediante la instilación de líquido (Solución salina estéril) con un catéter (pequeño tubo de plástico) a través del cuello del útero (la parte de la matriz que se comunica con la vagina) con el fin de separar sus paredes y detectar lesiones como pólipos o fibromas que pueden interferir con la implantación del embrión y causar infertilidad o fallas en los tratamientos. Este procedimiento se llama sonohisterografía.
Dependiendo de la razón para la cual se esté realizando la ecografía, se le informará del resultado inmediatamente, pero en ocasiones y sobre todo cuando se está monitoreando el crecimiento de los folículos en la fase de tratamiento es necesario complementar lo encontrado con el resultado de algunos análisis hormonales solicitados simultáneamente para obtener la información que se requiere. En este caso solo se dará la información completa en la tarde luego de saber el resultado de los exámenes hormonales.
Es un exámen muy importante que permite evaluar simultáneamente la forma del útero y el estado de las trompas. Hace parte fundamental de la evaluación inicial de la mujer con infertilidad.
La histerosalpingografía (HSG) es un examen de Rayos X que consiste en introducir un líquido con yodo (medio de contraste) a través del cuello del útero (la parte de la matriz que se comunica con la vagina) que se vé con los rayos X de color blanco. El medio de contraste dibuja los contornos internos del útero y muestra la trayectoria del líquido a través de las trompas confirmando que no están obstruidas cuando el líquido se observa salir por ellas a la cavidad pélvica.
La HSG se recomienda en parejas con infertilidad para asegurarse que la cavidad uterina tiene forma normal y descartar presencia en su interior de lesiones como pólipos, fibromas o tejido cicatricial (adherencias) que pueden interferir con la implantación del embrión y causar infertilidad, fallas en los tratamientos o abortos a repetición. También para asegurar que las trompas no estén obstruidas o si presentan una dilatación (hidrosalpinx) que pueda interferir con los resultados de un tratamiento como es el caso de la Fertilización in Vitro.
La HSG se programa dentro de los primeros 12 días del ciclo menstrual (antes de la ovulación) con el fin de evitar exponer al organismo a los rayos X o invadir el útero durante un periodo en el cual pueda existir un embarazo que aún no se haya diagnosticado. Una vez en el sitio se le pedirá que se acueste en la mesa de rayos X, el médico le introducirá un espéculo para visualizar el cuello del útero con el fin de colocar una cánula a través de la cual se introducirá el medio de contraste. Simultáneamente un equipo de rayos X tomará imágenes de su pelvis para observar el paso del líquido al útero y las trompas. Es posible que se presenten algunos cólicos leves a moderados durante el procedimiento por lo que se recomienda ingerir medicamento para los cólicos menstruales una hora antes del procedimiento.
El médico podrá darle un informe preliminar pero el resultado definitivo se dá después de revisar las imágenes detenidamente en el consultorio. En caso de encontrar alteraciones en la cavidad uterina, muy seguramente se le recomendará una histeroscopia o una laparoscopia en caso de sospecha de obstrucción de las trompas con el fin de confirmar los hallazgos e intentar corregirlos con cirugía. En algunas ocasiones los resultados pueden indicar que la alteración de las trompas puede ser secundario a un daño irreparable y se le recomendará Fertilización in Vitro.
La laparoscopia es un procedimiento en el que se ha avanzado mucho en la historia de la cirugía moderna. Juega un papel importante en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades y alteraciones que afectan la fertilidad.
La laparoscopia es una cirugía mínimamente invasiva que permite visualizar los órganos pélvicos introduciendo un lente mediante una incisión no mayor de 1 cm usualmente a través del ombligo. A la vez de diagnosticar algunas causas de infertilidad, con la laparoscopia se pueden corregir mediante cirugía introduciendo delgados instrumentos a través de incisiones pélvicas adicionales (no más de 2 o 3) usualmente no mayores de 5 mms. Este procedimiento requiere de anestesia general pero se hace en forma ambulatoria (no requiere hospitalización).
En la paciente con infertilidad y dependiendo de ciertas condiciones especiales se recomienda para diagnosticar y operar algunas alteraciones que puedan causar infertilidad cuando estas son sugeridas por exámenes previos como la HSG o antecedentes en la historia clínica. Obstrucciones parciales o totales de las trompas de falopio, adherencias pélvicas y quistes del ovario son patologías que pueden ser operadas por laparoscopia. También se utiliza para el diagnóstico y tratamiento de la endometriosis en pacientes con infertilidad que presenten además dolor pélvico o cólicos menstruales severos.
En sala de operaciones con la paciente anestesiada y acomodada en posición ginecológica se acopla una cánula por vía vaginal a través del cuello del útero con la cavidad uterina para movilizar el útero durante el procedimiento. Posteriormente se pasa al abdomen, se inserta una aguja para llenar el abdomen con dióxido de carbono para separar la pared abdominal de los intestinos y así obtener una mejor visualización de la pelvis al introducir el laparoscopio (lente). Una vez visualizados los órganos pélvicos, a través de la cánula se puede introducir un líquido de color azul el cual podremos ver saliendo por las trompas a la pelvis confirmando en este caso que las trompas no están obstruidas.
Después de la laparoscopia tendrá una cita de control en el consultorio en donde se discutirán los hallazgos y resultados del procedimiento. Dependiendo del caso se le recomendará: esperar un tiempo prudencial a que se dé el embarazo como resultado de la intervención, considerar un tratamiento complementario como inducción de ovulación e inseminación intrauterina o pasar directamente a fertilización in vitro.
Las hormonas juegan un papel importante en la reproducción humana, en la mujer regulan el desarrollo y la expulsión del óvulo cada mes (ovulación) y preparan el útero para que sea receptivo y apto para la implantación del embrión producto del óvulo fertilizado.
Algunos desbalances hormonales pueden causar alteraciones de la ovulación que impiden el embarazo. La medición de ciertos niveles hormonales dan información adecuada acerca de si este proceso se está llevando a cabo de manera correcta o del porque en caso de que no.
Para confirmar si se está ovulando durante el proceso incial de evaluación de la infertilidad.
Para investigar las causas de trastornos de la ovulación diagnosticada por resultados anormales en la evaluación inicial, por historia de ciclos menstruales irregulares o hallazgos al examen físico que puedan sugerir trastornos hormonales.
Para evaluación de la reserva ovárica
La medición de los niveles hormonales se hace mediante la toma de un exámen de sangre. Usualmente no es necesario estar en ayunas para su medición pero dependiendo de la hormona que se vaya a medir esto puede ser necesario. Se recomienda estar en reposo por lo menos 30 minutos antes de medir algunas hormonas, tenga en cuenta este factor para calcular su tiempo de estancia en el laboratorio. Dependiendo de la hormona que se vaya a medir se le programará la toma en determinado momento de su ciclo menstrual.
Si bien es cierto que cada laboratorio maneja sus propios rangos “normales” de los niveles hormonales, los resultados del examen requieren de una interpretación que depende del motivo por el cual fueron solicitados, el momento del ciclo menstrual en el que fueron medidos y de las características individuales de cada paciente. Por eso se recomienda interpretar los resultados en una cita médica.
La reserva ovárica es un término que se refiere a la cantidad de óvulos que quedan en el ovario. Esto afecta la capacidad reproductiva de la mujer y la respuesta a determinados tratamientos.
La mujer nace con un número determinado de óvulos, estos se van gastando en la medida que transcurre su vida incluso desde el vientre materno hasta llegar a la menopausia. Tener una idea de cuántos óvulos quedan es importante en la evaluación de la mujer con infertilidad y en la toma de decisiones respecto al tipo de tratamiento que sea más conveniente.
Se recomienda medir la reserva ovárica en aquellas mujeres que planeen embarazarse después de los 35 años, cuando hay historia familiar de menopausia temprana, cuando se tiene un solo ovario, historia de cirugía ovárica, antecedente de quimioterapia o radioterapia, infertilidad inexplicada, pobre respuesta a estimulación de la ovulación con hormonas inyectables y cuando hay indicación de fertilización in vitro.
Mediante exámenes de sangre en los que se miden niveles de algunas hormonas como el Estradiol, FSH y LH entre el primer y tercer día del ciclo menstrual o en cualquier día del ciclo menstrual en el caso de que la hormona a medir sea la Hormona Antimulleriana. También puede medirse la reserva ovárica mediante ecografía transvaginal, realizando un conteo de foliculos antrales (estructuras quísticas en donde están los óvulos) en cada ovario.
Cuando los resultados son normales se puede optar por tratamientos básicos que van desde las relaciones programadas hasta la inseminación intrauterina. En casos en que los resultados muestran una disminución de la reserva ovárica se recomienda pasar rápidamente a tratamientos que garanticen una mayor probabilidad de éxito como la fertilización in vitro o en ocasiones donación de óvulos o embriones.
Causas de Infertilidad

Es muy importante conocer las causas de infertilidad. Mediante una evaluación rápida y efectiva es posible establecer un diagnóstico y elegir el tratamiento más adecuado para cada caso. Se describen en esta sección las causas más comunes de infertilidad.
En el hombre
Las alteraciones del factor masculino son responsables hasta de un 50% de las causas de infertilidad. Estas alteraciones pueden afectar la producción, el transporte de los espermatozoides desde el testículo a la uretra, la motilidad, la forma y capacidad de fertilizar el óvulo.
Son producidas por factores que afectan directamente el testículo en donde se producen los espermatozoides.
Alteraciones congénitas (que se presentan desde el nacimiento) como la permanencia del testículo en el canal inguinal, varicocele (varices en los testículos), infecciones, traumas, desajustes hormonales, exposición a algunas sustancias tóxicas o radiación, quimioterapia, y algunos medicamentos pueden alterar la producción de espermatozoides.
Una historia clínica, el exámen físico por parte del urólogo, el espermograma, la ecografía y una evaluación hormonal podrán determinar si se sufre de una alteración en la producción de espermatozoides.
Cuando se encuentra la causa del problema es posible instaurar algún tipo de tratamiento médico con algún grado de respuesta como en algunos casos de desbalances hormonales. También se puede lograr una mejoría en casos en los que el varicocele es operado, sobre todo cuando este es moderado a severo y la alteración producida en los parámetros del espermograma es leve. En muchos casos no se encuentra la causa del problema y el tratamiento es encaminado a tratar de lograr el embarazo mediante procedimientos como la inseminación intrauterina, la fertilización in vitro y el ICSI.
En ocasiones los espermatozoides no pueden alcanzar la uretra debido a obstrucciones en alguna parte del trayecto.
Procesos inflamatorios por infecciones, cicatrices posteriores a cirugías o ausencia congénita del deferente (conducto que lleva los espermatozoides del testículo a la uretra) pueden ocasionar obstrucción al paso de los espermatozoides y estos no estar en el semen o estar en muy poca cantidad.
Cuando no se encuentran espermatozoides en el análisis del espermograma (azoospermia) se puede estar ante una obstrucción. El exámen físico y estudios con ecografía pueden ayudar a diagnosticar este tipo de problema junto con la confirmación de que la producción de espermatozoides en el testículo es normal mediante una evaluación hormonal.
Aunque la cirugía puede ser una opción, la mayoría de veces es más práctico obtener los espermatozoides directamente del testículo e inseminar los óvulos en el laboratorio mediante fertilización in vitro e ICSI. Inseminación intrauterina con donación de espermatozoides es una opción para las parejas que no consideren el tratamiento anterior.
Existe una barrera en el testículo que aísla los espermatozoides de los anticuerpos (sustancias que defienden al organismo de células extrañas). En ocasiones esta barrera puede romperse por diversos motivos y los espermatozoides son “atacados” por anticuerpos.
Cuando los anticuerpos se unen a los espermatozoides afectan su movilidad y capacidad para fertilizar al óvulo ocasionando infertilidad.
Cuando en el espermograma se observa un gran porcentaje de espermatozoides unidos entre sí es posible que estén siendo afectados por anticuerpos. En este caso puede solicitarse una medición de anticuerpos anti espermatozoides en el plasma seminal para confirmar o descartar esta situación.
Cuando se detectan anticuerpos antiespermatozoides en pacientes con infertilidad, los espermatozoides pueden “lavarse” en el laboratorio con diferentes técnicas con el fin de realizar inseminación intrauterina con una selección de espermatozoides sin anticuerpos y con buena movilidad. También puede realizarse en estos casos fertilización in vitro con ICSI para asegurar la fertilización del óvulo.

En la mujer
Alteraciones en el aparato reproductor femenino pueden ocasionar infertilidad hasta en un 50% de los casos. Se describen cuáles son las causas más frecuentes.
El útero o matriz es el órgano donde se implanta y se desarrolla el embrión y es el sitio por donde deben pasar los espermatozoides para llegar a las trompas de falopio. Dentro de las causas femeninas de infertilidad los problemas del útero ocupan un 5 a 10%. Conozca cuáles son las enfermedades que pueden afectar el útero, la forma de descubrirlas y tratarlas.
El útero puede ser afectado por diferentes condiciones o patologías:
Malformaciones congénitas: Son defectos del útero que se originan durante su formación en el feto femenino aún en el vientre materno. Pueden ir desde ausencia de su formación (agenesia) hasta una duplicación completa (útero doble) o septado.
Miomas o fibromas: Es quizá la patología del útero más común. Son tumores benignos que se originan del músculo uterino. Rara vez causan infertilidad por sí solos, pero pueden crecer y alterar la cavidad uterina dificultando el ascenso de los espermatozoides o la implantación causando dificultad en lograr o mantener el embarazo.
Adherencias intrauterinas o sinequias: Son cicatrices que se forman en la cavidad uterina secundario a infecciones o trauma en la cavidad uterina por legrados o intervenciones quirúrgicas. Alteran la cavidad uterina y su circulación dificultando la implantación del óvulo fecundado (embrión)
Inflamación crónica ( Endometritis): Causado por infecciones que ascienden desde la vagina
Pólipos: Son tumores benignos originados en la mucosa que cubre la cavidad uterina (endometrio). Cuando son muy grandes producen sangrado irregular y cambios inflamatorios que dificultan la implantación del embrión causando infertilidad.
El útero puede ser evaluado de diferentes formas, dependiendo de su caso particular se decidirá cuál es el método más adecuado para Ud. La ecografía y la histerosalpingografía son generalmente los métodos iniciales para detectar alteraciones en el útero. También se utiliza la ecografía con solución salina (sonohisterografía), este método consiste en distender o separar las paredes del útero con este líquido para obtener una mejor visualización de la cavidad con la ecografía. La histeroscopia es un procedimiento mínimamente invasivo que permite confirmar los hallazgos encontrados con los métodos anteriores y corregirlos con cirugía.
Por lo general las patologías que afectan el útero y su cavidad se corrigen con cirugía. La mayoría de las veces y dependiendo del caso, esta es realizada mediante procedimientos de mínima invasión como la laparoscopia en el caso de miomas o histeroscopia en caso de algunas malformaciones congénitas, miomas en cavidad uterina, sinequias o adherencias y pólipos con muy buenos resultados para la mayoría de las pacientes.
Las trompas de falopio son estructuras tubulares que comunica el útero con el ovario. Es el sitio donde se encuentran el óvulo proveniente del ovario después de la ovulación con el espermatozoide. Estas pueden obstruirse o dañarse y causar infertilidad. Conozca más acerca de esta causa de infertilidad.
Aproximadamente un 25 a 30% de las mujeres sufren infertilidad por daño u obstrucción de las trompas. Esto es secundario a procesos infecciosos a menudo de transmisión sexual, cirugías en la pelvis, endometriosis u otros procesos inflamatorios o infecciosos en órganos vecinos como la apendicitis.
El examen inicial para detectar obstrucción de las trompas es la histerosalpingografía. La laparoscopia es un procedimiento de mínima invasión que permite evaluar el estado de las trompas mediante su visualización directa en cirugía, además de identificar si las trompas están obstruidas, permite detectar adherencias o cicatrices que interfieran con el movimiento de la trompa y la captación del óvulo al salir del ovario después de la ovulación. La medición en la sangre de anticuerpos contra la Clamidia (un microorganismo que causa infección en las trompas) permite saber si la paciente ha tenido contacto con éste germen y también dan una acertada información sobre el estado de las trompas.
La obstrucción de las trompas puede corregirse con cirugía, pero cuando el daño es muy severo lo más recomendable es un tratamiento mediante fertilización in vitro que no involucra las trompas.
La endometriosis es una enfermedad que puede estar presente hasta en un 50% de las mujeres que sufren de infertilidad. Descubra en qué consiste y cuál es la mejor forma de diagnosticarla y tratarla.
La endometriosis es la presencia del tejido que recubre la cavidad del útero (endometrio) por fuera de éste, por lo general en la pelvis, ovarios, o intestinos. Este tejido tiene las mismas características y comportamiento del localizado normalmente dentro del útero y responde de la misma manera a los estímulos hormonales, creciendo durante el ciclo y sangrando al momento del periodo produciendo dolor pélvico, cólicos menstruales (dismenorrea) e infertilidad secundaria al proceso cicatricial (adherencias) como causa de inflamación.
Si bien es cierto que la historia de los síntomas y algunos hallazgos al examen físico pueden sugerir la presencia de endometriosis la única forma de detectarla con exactitud es mediante la introducción de un telescopio especial a través del ombligo en cirugía para mirar la pelvis directamente (laparoscopia). En ocasiones la endometriosis produce quistes en los ovarios (endometriomas) que tienen una apariencia típica a la ecografía y pueden ser sospechados también por este método.
El dolor asociado a la endometriosis puede ser tratado con medicinas que bloquean la ovulación pero este tratamiento no sirve para tratar la infertilidad. Cuando la paciente tiene infertilidad y dependiendo de cada caso en particular se debe recurrir a la cirugía mínimamente invasiva (laparoscopia) para retirar este tejido anormal de los ovarios o trompas ó aumentar las posibilidades de embarazo mediante tratamientos como la inseminación intrauterina y fertilización in vitro.
La ovulación es la liberación de un óvulo maduro de los ovarios, es fundamental para la consecución del embarazo. Hasta un 25 a 30% de las mujeres presentan infertilidad debido a trastornos de ovulación. Conozca más acerca de este problema.
Normalmente la mujer libera un óvulo cada ciclo menstrual (ovulación), en ocasiones este proceso se ve alterado por cambios en el peso corporal, alteraciones en el funcionamiento de otras hormonas como la prolactina, hormonas tiroideas y síndrome de ovario poliquístico.
Cuando se tiene ciclos menstruales muy frecuentes (menos de cada 21 días) o se prolongan por más de 35 días es muy probable que se tenga problemas de ovulación. Algunas pacientes que tienen ciclos menstruales dentro del rango normal pueden tener también alteraciones en la ovulación y en este caso es necesario realizar exámenes hormonales como la medición de progesterona o ecografía seriadas (seguimiento folicular) para confirmar la ovulación.
Existen diferentes medicamentos para tratar los trastornos de ovulación, pero los cambios en la alimentación y un estilo de vida saludable para lograr un peso ideal son fundamentales en el éxito del tratamiento.
La edad de la mujer es muy importante en reproducción. La facilidad de lograr un embarazo y el riesgo de aborto y de tener un bebé sano se afectan con la edad.
La mujer nace con una cantidad de óvulos que es determinada genéticamente, estos se van perdiendo gradualmente pero después de los 30 años esta pérdida se acelera hasta llegar a la menopausia. Este fenómeno que hace parte del proceso normal de envejecimiento causa mayor dificultad en lograr el embarazo, aumento en el riesgo de abortos y de tener bebés con alteraciones cromosómicas como el síndrome de Down. Otro de los factores que contribuyen a la disminución de la capacidad reproductiva asociada a la edad es la posibilidad de que, a mayor edad, hay mayor riesgo de tener enfermedades avanzadas que afecten la fertilidad como la endometriosis, fibromas o enfermedades de las trompas de falopio.
Cuando se quiere concebir después de los 37 años es necesario recurrir lo más pronto posible a un especialista en infertilidad con el fin de optimizar la estrategia para lograr un embarazo pronto. Existen diferentes métodos mediante la medición de hormonas y ecografías para evaluar la cantidad de óvulos disponibles a una determinada edad (evaluación de la reserva ovárica).
No es posible revertir el proceso de envejecimiento reproductivo. Cuando se detecta una disminución en la reserva ovárica se recomienda recurrir a tratamientos más rápidos y efectivos para lograr un embarazo como la fertilización in vitro, pero cuando hay muy pocos óvulos de buena calidad disponibles pueden ser necesario recurrir a tratamiento con donación de óvulos. Cuando se quiere postergar la fertilidad a edades avanzadas se debe considerar congelación de los óvulos a una edad en la que aún existan suficientes óvulos de buena calidad (idealmente antes de los 33 años). Esta estrategia se conoce como preservación de la fertilidad .